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APROPIAR TECNOLOGÍA

Desde 2003 hemos venido transitando un proceso de desarrollo productivo con crecientes niveles de inclusión social. Creación masiva de puestos de trabajo, recuperación de la producción industrial aniquilada en los ’90 y fuerte desarrollo de mercado interno han caracterizado a este proceso. Sin embargo la baja complejidad de nuestra producción industrial impacta negativamente sobre nuestra balanza comercial lo que contribuye a la restricción externa que estamos atravesando. Como resumen demostrativo de la baja complejidad de nuestras manufacturas de origen industrial (MOI) valga citar que el precio promedio de las exportaciones argentinas es de 806,58 dólares por tonelada y el costo promedio de nuestras importaciones es de 2020,09 dólares por tonelada.

Por Eduardo N. Dvorkin, Doctor en Ingeniería

Para avanzar en el nivel de complejidad de nuestra matriz productiva, el Estado debe desempeñar un rol central, como lo viene haciendo en el sector energético con YPF y Nucleoeléctrica Argentina, en la recuperación del sistema ferroviario y en emprendimientos de alta tecnología (Invap S.E. y Veng S.A.). Sin embargo no es posible avanzar en la complejización de la matriz productiva sin disponer de divisas, hoy lamentablemente escasas. La posibilidad del desarrollo mediante la inversión extranjera directa (IED) ha queda demostrado que no es una solución aceptable ya que por un lado tiende a no centralizar en el país las cadenas de valor (ejemplo: el porcentaje importado de los vehículos que se venden en el mercado interno es de aproximadamente 85 por ciento) y por otro lado produce, vía una multiplicidad de mecanismos, un fuerte drenaje de divisas. Es además de fundamental importancia remarcar que el desarrollo vía las multinacionales no permite la apropiación nacional de tecnología compleja, asemejándose a un desarrollo tipo maquila. En el esquema IED, los diseños y fundamentos que sirven de sostén a las tecnologías complejas siguen en poder exclusivo de las empresas extranjeras y, por lo tanto, sólo ellas podrán evolucionar los procesos y productos, manteniendo de esta forma el control absoluto sobre el proceso productivo.

Una vía alternativa, que está desarrollando el gobierno nacional, es la obtención de financiamiento en fuentes no tradicionales para nuestro país como China y Rusia. Obviamente estos financiamientos vendrán ligados, como cualquier otro financiamiento, a la imposición de proveedores de equipos y tecnologías que no puedan producirse / financiarse localmente. En estos casos resultará imprescindible que nuestro país se apropie de la tecnología importada para poder desarrollar localmente repuestos y para poder evolucionar localmente esas tecnologías.

Los equipos a ser importados vienen con sus instrucciones operativas y de mantenimiento (know how), pero nunca incorporarán la información sobre las motivaciones y racionalidades que justifican los diseños (know why). Es necesario que empresas estatales encabezando una red de pymes tecnológicas e institutos de investigación se aboquen a desarrollar la ingeniería inversa de los equipos importados para poder apropiarse de su tecnología.

Por ejemplo, en el caso de los vagones ferroviarios importados de China, sería un importante paso en el camino de la apropiación tecnológica desarrollar localmente modelos analíticos / computacionales que sirvan para entender el diseño, es decir para adquirir el know why. Con esos modelos se podría, por ejemplo, modificar el diseño de partes para poder producirlas localmente y analizar cómo las partes rediseñadas afectan al conjunto en lo que hace a seguridad, resistencia al desgaste y confort de los pasajeros frente a vibraciones; también se podría estudiar la relación entre las tolerancias de alineación de rieles y las máximas velocidades aceptables, etcétera.

Un ejemplo concluyente de la necesidad de la apropiación de tecnología es que es sólo debido a que la CNEA recorrió este camino en la compra de Atucha 2, que fue posible la terminación local de la central aun cuando la empresa que la había diseñado y muchos de los proveedores de partes previstos en el diseño original ya habían desaparecido del mercado en tanto que nuevas normas de seguridad post Chernobyl debieron ser incorporadas al diseño. La apropiación de tecnología, es un paso relevante en el camino de complejización de la matriz productiva. Los tres ingredientes fundamentales son: centralidad del Estado, capacidad de gestión tecnológica y en el puesto de control la voluntad política.

02.06.2015

Fuente: Página 12